La asertividad.

A veces en nuestra comunicación con los demás nos comportamos de una forma pasiva cediendo nuestros derechos en provecho de los de los otros. Renunciando a nuestra ideas, a nuestros gustos, a lo que queremos, ..... a nuestras dignidad. De este extremo podemos pasar a uno más agresivo exigiendo y sin tener en cuenta los derechos de otras personas.

Una forma de comunicación asertiva es aquella que nos permite hacer valer nuestros derechos, nuestras opiniones, a nosotros mismos sin menoscabar a los demás. El punto de equilibrio óptimo que esta entre la pasividad y la agresividad, es la asertividad.

Aquí tienes una serie de derechos asertivos que nos convendría tener en cuenta:

1. Tienes derecho a ser la/el primer@, algunas veces.
2. A cometer errores.
3. Tener tus propias opiniones y creencias.
4. Cambiar de idea, opinión o actuación.
5. Expresar una crítica y a protestar por un trato injusto
6. Pedir una aclaración
7. Intentar cambiar lo que no te satisface
8. pedir ayuda o apoyo emocional
9. Sentir y expresar dolor
10. Ignorar los consejos de los demás
11. Recibir el reconocimiento por un trabajo bien hecho
12. Estar sólo, aún cuando los demás deseen tu compañía
13. No justificarte ante los demás
14. No responsabilizarte de los problemas de los demás.
15. No anticiparte a los deseos y necesidades de los demás y a no tener que intuirlos
16. Responder, o no hacerlo
17. A decir "NO". Rechazar peticiones sin sentirte culpable o egoista.
18. Ser tratado con dignidad
19. Satisfacer tus necesidades y que sean tan importantes como las de los demás
20. Experimentar y expresar tus propios sentimientos, así como a ser tu único juez
21. Detenerte y pensar antes de actuar
22. Pedir lo que quieres
23. Hacer menos de lo que eres capaz de hacer
24. Decidir qué hacer con tu cuerpo, tiempo y propiedad
25. Hacer cualquier cosa, mientras no vulnere los derechos de otra persona.

Te propongo "un juego". Después de leer esta lista identifica cuál de ellos sueles olvidar más a menudo. Y piensa lo interesante que sería incorporarlo a tu vida cotidiana. No pretendas escojer varios a la vez. Es mucho menos difícil hacerlo de uno en uno.

Podrías hacer una tarjeta con el derecho que hayas escojido y dejarla en algún lugar al que accedas asiduamente (la carpeta de estudio, la agenda, el libro que estás leyendo, el bolso, la puerta de la nevera...).

Cada vez que veas de nuevo la tarjeta
..... Léela.