El hombre que buscaba un martillo.

Un hombre quería colgar un cuadro en la pared de su casa, pero se dió cuanta de que le hacia falta un martillo y él no tenía ninguno. entonces decidió pedírselo prestado a su vecino, cuya casa estaba a medio kilómetro de la suya.

Mientras iba de camino a casa del vecino, nuestro hombre comenzó a darle vueltas a la cabeza, preguntándose si su vecino le prestaría la herramienta. "Será tan amable de dejarme su martillo? ¿Me hará el favor? ..... Pero empezó también a creer que, al ir a su casa, podría molestar a su vecino: "Seguro que mi vecino está durmiendo la siesta y le despierto al llamar" - se iba diciendo- "eso le molestará probablemente" .... "así que saldrá de mala gana a abrirme la puerta" .... "me gritará: ¡¿ Qué diablos quieres a estas horas?!", "Bueno -se dijo el hombre- entonces yo le pediré: ¿Puedes prestarme tu martillo para colgar un cuadro? ..... " Y mi vecino -continuaba pensando el hombre- me responderá con un ¡! NO ¡! Rotundo, como venganza por haberlo despertado de la siesta" .... "me gritará: ¿¡¡ Para esa tonter
ía vienes a molestarme?!!
Entre tanto pensamiento, nuestro hombre había llegado ya caminando hasta la puerta del vecino; Llamó al timbre. Su vecino le abre y nuestro hombre, sin dejarle mediar palabra le grita: "¿ Sabes que te digo?!! Que os vayáis al infierno tú y tu maldito martillo!!".

La lectura del pensamiento es una forma inadecuada de manejar la información que consiste en creer firmemente que la intención o pensamiento de otra persona esta relacionado con nosotros cuando puede que no lo este, o en caso de estarlo, no tenga el matiz que nosotros creemos.
Con esta historia se puede ver una de las formas en que manejamos nuestros sentimientos, y a partir de ahí, también como funciona nuestro autocontrol.

¿Qué conclusiones sacas tu?
¿Por qué actúa de esa forma agresiva con su vecino?
¿Cómo podemos manejar eso?
Se te ocurre a ti algún otro ejemplo.

A mí, hoy, por eso he ido hoy en busca de esta historia. Un buen autocontrol empieza con la propia observación.

Comentarios

Alfred ha dicho que…
Supongo proyectamos y descargamos nuestras propias frustraciones, problemas, insatisfacciones, errores... en el otro, sobre los demás... Curiosamente no hacemos (demasiado a menudo) lo propio con las alegrías, bondades...

De la misma forma que no somos subjetivos (ni podemos del todo) con nosotros mismos, tampoco somo lo suficientemente objetivos con los demás... Prejuicios, suposiciones, malentendidos...

Un beso =)
Mercè ha dicho que…
¡¡¡ Caray !!!
Has ido mucho más allá de lo que esperaba !!
Tienes toda la razón, aunque yo pensaba en algo más inmediato.

A veces actuamos, basándonos en lo que PENSAMOS QUE PIENSAN los demás, en lo que creemos que van a responder más que de acuerdo a lo que nosotros mismos queremos realmente.
El saber lo que piensa alguien es sólo posible si éste nos lo manifiesta expresamente de una forma u otra. Así que, para qué pensar tanto, prever e intentar controlarlo todo si no es posible.

Vale más hacer lo que creemos que debemos hacer y ya veremos lo que pasa. ¡¡ A falta de más información !!
Es inevitable hacer nuestras propias cavilaciones. Mientras tengamos claro que sólo son eso……. Los hechos sólo vendrán cuando actuemos, así que es mejor hacerlo siendo consecuentes con nosotros mismos y haciendo aquello que nos haga sentir mejor.

A partir de ahí ya viene “El cómo” proyectamos nuestro propio estado emocional que es a dónde vas tú. Y eso me parece aún más complicado.
Y también está el cómo asimilamos el de los demás ……

......... Vaya rollo!!
Un beso.