Mi teoría de la vida: Las térmicas.

Cuando el sol calienta el suelo, se calienta también el aire que está en contacto con él. Eso hace que este aire se expanda y haga menos denso que el resto del aire que le rodea. El resultado es la formación de una térmica. Una burbuja de aire caliente que asciende. Como una olla de agua que empieza a hervir y suben burbujitas hacia la superficie.

En un día cálido miramos a lo lejos y parece que el paisaje se deshace, el camino se desdibuja al fondo; Se están formando térmicas. Térmicas que aprovechan algunas aves volando en círculos para poder mantenerse dentro y así ascender sin apenas mover las alas, para volar sin esfuerzo. Ascendencias que buscan los que se dedican al vuelo libre para mantenerse volando ahí arriba el mayor tiempo posible.



Creo que la vida está llena de térmicas. Las buscamos continuamente para entrar en ellas y mantenernos así en una ascendencia, en una posición en la que conseguimos aquello que deseamos con el menor esfuerzo posible.
Una posición cómoda  y rentable donde  
conseguir más por menos.


Mientras estamos ahí dentro perfecto, un estado, digamos ideal. El problema es entrar y salir ya que en esa frontera, debido al rozamiento entre las dos zonas, hay mucha inestabilidad. No es fácil pasar por ahí y mucho menos matenerse. Es una zona de transición que no podemos obviar de ninguna manera y por la que debemos pasar por narices lo más rápido posible. Es una zona delicada, con movimientos y fricciones continuas que en cualquier momento nos pueden desestabilizar y hacer plegar las alas


Un riesgo que no siempre se está dispuesto a correr. A veces, las térmicas nos dan miedo, nos nos atrevemos a entrar en ellas por muy prometedoras que sean por que no nos sentimos capaces de superar esos momentos de peligro e incertidumbre. Además, tampoco tenemos ninguna certeza de que esa sea la nuestra, de obtener lo que deseamos, ya que hasta que no giramos en su interior no vemos lo que realmente hay, no notamos lo que nos supone estar ahí. Hace falta valor.

Otro problema llega cuando esa térmica ya no nos da lo que esperábamos , cuando ya no es lo que era y la damos por acabada, o peor aún, cuando acaba de una manera repentina. Entonces no tenemos otro remedio que volver a entrar en esa zona fronteriza tan amenazadora sabiendo que además después nos espera fuera un espacio frío donde caeremos; Descenderemos hasta encontrar la forma de mantenernos en esa atmósfera y recuperar fuerzas para poder volver a intentarlo. 

............. Y así continuamente

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